Kombatiendo las horas al pedo...

Jueves a la tarde, invadido de ansiedad por el partido que se venia a las 7.30 (que termino empezando a las 8.00) me acuesto a dormir para no bregar con los demonios que atrae la pasión...

Prendo la Tv algo tonto por la siesta todavia, totalmente adormecido, sin saber porque lo hacia, pero mi cabeza ya estaba programada.. a las 7.30 tenia una obligacion impostergable... Los latidos marcaban el ritmo de los cantos de la 12, acelerados al ingresar el equipo de la Boca cubiertos de papeles y serpentinas, trayendome a la memoria esa imagen de la cancha de River en el 78...
Escucho las voces de don Niembro y Santa Closs, personajes a los que aborrezco por su forma de comentar y relatar, pero que sin embargo me alegra escucharlos quiza por los buenos momentos que he vivido en los últimos años acompañado de ellos...
Rodeados de una espesa neblina los jugadores tras el pitazo inicial comienzan el partido, acompañados por los latidos de un corazon hasta entonces dormido que con un torrente de adrenalina bombeaba con mas fuerza.. era el momento que esperaba, era el momento de la verdad...
Boca salio decido a ganarlo, y llevaba por delante todos los esquemas del equipo colombiano, que anonadado, aprisionado en su propio campo, comenzaba a vislumbrar una muerte anunciada, era el final de su batalla...
Sin embargo algo no me dejaba tranquilo, Boca perdia muchas oportunidades, y la faceta ofensiva de Cucuta me tenia mordiendome las uñas.. necesitabamos un gol, ya habiamos perdido tres oportunidades netas y en mi mente corria de lado a lado el famoso dicho (goles que no se convieten te lo convierten), estaba terminando el primer tiempo, con una neblina accesible para la vista pero que no podia dejar de pensarla como un mal augurio...
Entonces llegó lo esperado, como una bocanada de aire que mis pulmones necesitaban, acompañado de una riada de sentimientos de alegria e incertidumbre del porvenir, Roman habia marcado el primer gol del partido de un increible tiro libre, donde la pelota en un sinuoso vuelo se deposito en el palo izquierdo del arquero incendiando la mecha que llevo a la explosión de la 12 con todo su colorido...
En el segundo tiempo bajo esa misteriosa neblina, como llenando de dudas un campo incierto en el que se depositaban todas las esperanzas amalgamadas en una sola voz que cantaba al compáz de la ilusión...
Cucuta no estaba tirado atrás, y eso es algo que despertó un respeto hacia ese equipo chico pero honrado de Colombia...
Para incrementar ese frenesí la visión se perdio casi por completo, y solo podiamos escuchar los comentarios de los que estaban en la banda...
Entonces llego ese gol de Martín, por más borroso que estuviese el paisaje pude verlo antes que sucediera, con ese centro de Neri lo vi llegar por detras al ídolo bostero y antes que toara la pelota con la cabeza me pare tirando toda la comida al suelo gritando desaforadamente, descargando esa bronca contenida desde el partido de ida y lo que dejó...
Boca era todo, pero Cucuta apasible podia complicar las cosas con solo una llegada, entonces se hizo un cambio, que en principio me parecio un desacierto, pensando que querian mantener el resultado.. pero no era así, Boca, de la mano de Roman y su corner comenzó a gestar la faena con el cabezazo triunfal de Bataglia al segundo palo, entonces lo supe, se disiparon mis dudas y con ellas la neblina que rodeaba el campo, parecia casi a propósito, luego de ese gol se podia ver casi perfecto el juego y el pasaje a la final...
La frutilla de la torta fue, al terminar el partido, ese abrazo de gran parte del equipo, demostrando el hambre de victoria con el que encaro el encuentro y esa alegría que solo te da cumplir tus metas y sueños, esa alegría inolvidable... y cucuta despedido con la cancion "que lástima pero adios, me despido de ti y me voy" de Julieta Vanegas en los parlantes de la bombonera... sin palabras...